El lenguaje es fundamental para poder comunicarnos con los demás y por
tanto, para relacionarnos, ya que vivimos en sociedad. Sirve para expresar
experiencias, sentimientos, opiniones, necesidades, preferencias, para crear poesías, novelas, cuentos y compartirlos, etc.
Podríamos desenvolvernos socialmente sin el dominio de las destrezas
discursivas, pero sin ellas no nos podríamos desarrollar como seres humanos
completos. El niño desarrollará su capacidad discursiva en función de sus
capacidades físicas y mentales, y de la ayuda de su familia y maestros.
En la escuela, la legua se enseña tomando como base la teoría, ésta se
imparte y se hacen actividades conforme a las edades y capacidades de los
niños. Conjuntamente se trabaja cada vez más la comunicación oral. En la
escuela se intenta estimular a los alumnos para que lean, ya que la lectura es
sumamente importante. El trabajo del maestro y del centro tiene una finalidad
funcional, que el niño domine las destrezas discursivas, en esto la familia
juega un papel muy importante.
Tan importante es la teoría como la práctica en el dominio del lenguaje,
sin alguna de las dos no podríamos dominar las destrezas discursivas y, por
tanto, no podríamos desenvolvernos socialmente como el resto de las personas.
Un buen profesor de lengua tiene que tener una buena formación
universitaria en la lengua que imparte, en la cultura y en la historia de esa
lengua. Debe tener vocación docente, creatividad, originalidad, empatía, comprensión hacia
sus alumnos, paciencia, interés, expresarse correctamente,
promover la lectura, utilizar las nuevas tecnologías, etc.